Destacan el rol de la escuela en la inserción de los niños con artritis
14/10/2014
La escuela cumple un rol fundamental para que niños y adolescentes con artritis idiopática juvenil (AIJ) tengan una adecuada inserción social, advirtieron especialistas, quienes remarcaron que es "muy importante" que maestros y directivos conozcan la enfermedad para poder "interpretar mejor a los alumnos y ayudarlos a desarrollar su capacidad intelectual, que está intacta".
"Lo fundamental es que la escuela conozca la problemática. La sociedad por lo general desconoce que los niños pueden tener enfermedades reumáticas, que se asocian a adultos o ancianos, y no sabe cómo manejarse", dijo a Télam Rubén Cuttica, del servicio de Reumatología Pediátrica del Hospital Pedro de Elizalde, que organizó recientemente unas jornadas de capacitación para padres y cuidadores.
El especialista precisó que la AIJ es una enfermedad crónica de origen desconocido que "posee ciertas características que, si no se tienen en cuenta, pueden atentar contra el desenvolvimiento normal de los pequeños en el aula y la integración con sus compañeros".
"Los niños que la padecen sufren de rigidez matinal y dificultad para mover manos y brazos, por lo que escriben más lentamente que el resto, por ejemplo. Pero esa rigidez, dependiendo del caso, cede una hora después o al tomar la medicación, por lo que si el maestro toma un dictado a primera hora de la mañana posiblemente el chico no lo pueda seguir, pero si lo toma cerca del mediodía es más probable que lo haga correctamente", graficó.
Cuttica enfatizó que esa es "una de las tantas pequeñas cosas que pueden hacerse cuando se conoce la enfermedad", y remarcó que de lo contrario "no se podrá interpretar a los alumnos ni ayudarlos a desarrollar su capacidad intelectual, que está intacta".
"Como muchas veces también los compañeros desconocen la problemática, puede haber además discriminación o bromas que los avergüencen cuando, por ejemplo, deben tomar corticoides y cambia su aspecto corporal", explicó.
María Judith Iglesias, jefa del servicio de Kinesiología de ese hospital, coincidió y apuntó que una buena manera de convertir a la escuela en un aliado del tratamiento es "informar que la artritis no representa riesgo de contagio ni disminuye la capacidad intelectual del niño".
"Cuando reciben el diagnóstico, muchas veces los padres creen que para proteger a sus hijos lo ideal es que concurran menos horas al colegio, pero, por el contrario, es fundamental que sigan yendo a la escuela, donde no sólo aprenden, sino que interactúan con pares", retomó Cuttica.
Y agregó: "Hoy tenemos herramientas para que los chicos con AIJ desarrollen una vida prácticamente normal. Existen excelentes tratamientos para lograr que vayan normalmente a la escuela y hasta participen de las clases de educación física, pero necesitamos que la sociedad conozca la problemática".
Debido a la enfermedad, el comportamiento del niño puede tornarse retraído o distante y por eso es bueno alentarlo para que se integre al grupo y no permanezca aislado: "Una buena idea es proponer una charla con el resto de los alumnos para derribar mitos o temores y fortalecer la integración", aportó el especialista.
La artritis, que no es hereditaria ni prevenible, afecta a uno de cada 1.000 niños menores de 16 años y puede generar discapacidad. Cuando los pacientes son jóvenes se habla de AIJ y se estima que en la Argentina hay aproximadamente 10.000 niños afectados.
"No se puede prevenir la enfermedad, pero sí la discapacidad. Es importante saber que esta afección en algún momento puede entrar en remisión definitiva y los pacientes hasta dejan de tomar la medicación", apuntó Iglesias.
Aunque se desconoce su origen, se sabe que por lo general los chicos que desarrollan artritis tienen una predisposición a padecerla, que se "dispara" ante un estímulo externo que altera el sistema inmune, como un cuadro infeccioso o una situación de estrés.
Como no todos los chicos presentan igual manifestación de la enfermedad, la artritis puede ser difícil de diagnosticar. Sus síntomas son comunes a otras dolencias y no existe un análisis que la identifique por sí solo.
"Por eso lo ideal es controlarlos y tratarlos lo más tempranamente posible, ya que cuanto más precozmente se frene la actividad de la enfermedad, mejores serán los resultados", subrayó Cuttica.
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