Daniel Scioli - Carlos Zannini: La fórmula del Desarrollo económico

06/08/2015

OPINIÓN
1.- El mérito mayor de la política económica de Néstor y Cristina Kirchner fue generar, en el marco de una economía devastada por el liberalismo, un modelo de producción y distribución en base al mercado interno, con lo que, por un lado, se superó el modelo de valorización financiera del capital e integración a los mercados internacionales( en desmedro del mercado y la producción interna) implantado por la dictadura civíco-militar y, por el otro, permitió concebir un patrón de crecimiento capaz de profundizar planes a favor de las economías regionales, las pymes, el empleo y los salarios.

En la Argentina los demuestran los gobiernos populares de Yrigoyen, Perón, el primer año del gobierno de Alfonsín y ahora los Kirchner, la economía crece si aumenta el consumo y éste se incrementa si aumentan los salarios. En los últimos 70 años, cerca del 75% de lo que producimos se destina al mercado interno, que es el principal estímulo de la producción. Esta tautología tiene una restricción, que es la dependencia de insumos(bienes), de máquinas y equipos, de tecnología, de servicios y de energía del exterior, de manera que, cuando crece el producto más crecen las importaciones. Desde 1980 hasta 2013 inclusive, en promedio, por cada punto que creció la cantidad de bienes y servicios finales(PIB), las importaciones se incrementaron en tres puntos.

Esa dependencia económica del exterior limita nuestro desarrollo, dado que las exportaciones no fueron ni son suficientes para poder pagar las crecientes importaciones. Por ello que, ante la incapacidad de sustituir las compras al exterior, se procedía a reducir los salarios, con ello el consumo y de esa forma se frenaba la economía. A su vez, se reducían las compras al exterior y aumentaban los saldos exportables, porque consumimos alimentos que son a la vez nuestro principal producto de exportación. Consumimos mínimamente soja, pero su cultivo sustituyó física y geográficamente otros cultivos y la cría de animales. En el año 2014, de 32 millones de hectáreas cultivables con que cuenta nuestro país, en 19 millones se cultivó soja.

Los gobiernos liberales permitieron el libre ingreso y salida de capitales, por lo cual se acrecentó la dependencia externa, que a su vez obligó a endeudarse para financiar el déficit en la cuenta corriente, integrando al país al mercado internacional de la peor forma y a costa de desintegrar el mercado interno. La implosión del plan de Convertibilidad en diciembre de 2001 permitió su reemplazo por un modelo productivo, que volvió a defender el trabajo y nuestra producción.

No es posible crecer en forma sostenida si los empresarios no invierten y amplían la capacidad productiva. Las grandes empresas, en lugar de apuntalar la actividad, ante la persistente demanda, prefieren aumentar los precios, que es la causa y origen de la inflación. Los empresarios argentinos, y sobre todo los más grandes, que están internacionalizados, eligen fugar capitales en lugar de ampliar la capacidad instalada o diversificar inversiones.En síntesis, la causante de los desequilibrios de precios, comerciales y fiscales, no es la creciente demanda, sino que la falta de inversión y la fuga de capitales, es lo que limita severamente la oferta.

2.- Es necesario que la Argentina incremente y diversifique la sustitución de importaciones y la canasta exportadora, con un sesgo a favor de la producción de bienes industriales no tradicionales, con mayor contenido tecnológico local. Esto no lo va a producir el mercado por su cuenta, sino que debe ser la política pública dirigida en forma directa hacia sectores seleccionados en base a criterios específicos, como lo formularon el Plan Industrial 2020, el Plan Agro Alimentario, o el Plan Argentina de Inversión Pública. También es importante rescatar los Planes Quinquenales del peronismo, el Plan CONADE de Illia y el Plan Trienal de Gelbard, todos basados en consumo interno, en la sustitución de importaciones y en la promoción de exportaciones industriales.

El Plan estratégico del presidenciable Daniel Scioli que dio a conocer la Fundación para el Desarrollo Argentino(DAR), en un libro que lleva como título “Lineamientos para el desarrollo económico y productivo de la Argentina”, además de ofrecer un análisis y las consideraciones teóricas sobre cómo abordar los cuellos de botella recurrentes que plantea la restricción externa en una economía “con una estructura productiva desequilibrada” como la Argentina, aporta un análisis pormenorizado sobre cómo integrar y expandir 13 cadenas de valor que involucran 36 sectores económicos estratégicos de la economía que van desde la agroindustria hasta la metalmecánica y desde la integración de Pymes regionales hasta la implantación de industria pesada para la sustitución de importaciones a nivel de la creación de bienes de capital.

El proyecto propone pasar de la época del crecimiento a la del desarrollo y “marcar la hoja de ruta para profundizar el modelo productivo y el mercado interno y al mismo tiempo, hacer los cambios estructurales necesarios para que esa profundización del mercado interno no choque con los mismos cuellos de botella”. Los mismos son el resultado de un período de crecimiento que quebró la lógica liberal y que, luego de “… haber duplicado el PBI, incrementando el empleo un 70% y la productividad laboral un 40%...”, ahora demanda de políticas de políticas específicas para que, ese ciclo pueda RECONVERTIRSE positivamente y no sobre la base de un ajuste o un endeudamiento externo fuera de control como “…marcan las recetas ortodoxas que, cuando enfrentan la restricción externa, sostienen que hay que bajar la demanda, ajustar…”.

Es necesaria una macro que acompañe el desarrollo pero, a la vez, una política específica que profundice en la sustitución de importaciones a escala de la industria pesada. La clave es hacer uso de los sectores con altas potencialidades y, a partir de allí, actuar para articular cadenas de valor a nivel regional e intentando llegar a los niveles más complejos de la cadena. “…A partir de la potencialidad de sectores como la minería, la energía o incluso la industria naval, van a ingresar capitales, el gran riesgo es reprimarizar la economía con una lógica similar a la de la minería chilena que es de mera extracción y con la maquinaria asociada importada…”.

Es fundamental hacer uso de los recursos tecnológicos de los que dispone la Argentina, incentivar los potenciales e integrar eslabones productivos. “Hoy el 40% de las exportaciones son de materias primas directas, un 43% con una sola transformación industrial y el 17% que son productos elaborados…”.Para impulsar esos sectores es necesario un ingreso muy grande de capitales. Para DAR la inversión es una responsabilidad combinada de muchos actores. Por un lado la del Estado de dar impulso a la obra pública como aporte a la mejora de “ la competitividad sistémica”, por otro “ los 200 o 300 grandes proyectos que Argentina no puede financiar y requieren de inversiones extranjeras”, pero que exigen una política de “control de esos capitales, porque no queremos financiar gastos corrientes y terminar con un 55% de pobres…”.

3.- Sin cooperación social no hay nada, ni el artículo éste, ni siquiera usted y yo, quevivimos, entre otras cosas, gracias a los alimentos que otros producen, y que además somosproductos de esta comunidad, desde el momento en que nuestra subjetividad, nuestrascostumbres, nuestras creencias y hasta nuestros gustos más personales fueron forjados por unavasta empresa colectiva. Nada existe sin esa COOPERACION PRODUCTIVA, sin esa colaboraciónestrecha entre los miembros de una sociedad.

La cooperación, por consiguiente, no puede ser suprimida. Y, sin embargo, el poder imperial anglosajón siempre selas arregló para negarla o escamotearla de diferentes maneras. Disraeli ya lo había dicho hacevarios siglos: ”Divide e impera”.¿ Pero cómo dividir sin destruir la solidaridad necesaria para quela cooperación siga existiendo? ¿Cómo evitar que la potencia productiva de la cooperación seconvierta en potencia política de quienes cooperan? Es todo el secreto del poder. MichelFoucault lo decía de otro modo: el poder socializa, agrupa y compone, por un lado, peroIndividualiza, serializa y descompone, por el otro.
Jeremy Benthan había ideado un dispositivo capaz de realizar esta compleja operación: el“panóptico”. Se trataba de disponer a los individuos en celdas separadas que no tuviesen relaciones con las demás, aun cuando cada uno realizara, al mismo tiempo, una parte de un trabajo colectivo. En “Vigilar y castigar”, Foucault mostró cómo este dispositivo carcelario, pero también fabril, escolar o militar, se extendía finalmente a la sociedad entera, de manera más abstracta, por supuesto, y muchos menos perceptible. Su función seguía siendo la misma: era evitar que la cooperación productiva se convirtiera en solidaridad social y política.

En lugar de preguntarnos ¿quiénes somos?, contestaba entonces Foucault, deberíamos pensar qué relaciones podemos establecer con los otros para romper la serialidad impuesta por el poder, es decir, por aquel diagrama panóptico(que más tarde llamará “poder pastoral”). De ahí la importancia que adquiere hasta la “amistad” en sus últimos escritos y entrevistas, antes de fallecer el 25 de junio de 1984.

Ahora están dadas las condiciones para que el próximo gobierno pueda llevar adelante políticas de largo aliento que transformen el crecimiento en desarrollo y que afiancen el rol del Estado como igualador de oportunidades. Para avanzar en este camino “…hace falta conseguir las divisas necesarias que rompan con el viejo dilema de las restricciones externas, pero también un compromiso explícito de los distintos actores económicos y del Estado que terminen con la lógica del ajuste y pongan en marcha definitivamente una lógica del desarrollo, que comprenda a todos los argentinos…”.

Profundizar también significa: una nueva ley de Entidades Financieras, nacionalización del comercio exterior, de las empresas de distribución eléctrica, de las empresas de Servicios Públicos privatizadas y extranjerizadas, control de precios de los insumos metalúrgicos(básicamente hierro, aceros y aluminio); y Creación de una empresa nacional de alimentos con unidades cooperativas y del Estado, y de una Cementera Nacional desarrollada por el Estado. Esto por ahora.

En las próximas elecciones presidenciales convoco a mis compatriotasa votar la fórmula Daniel Scioli-Carlos Zannini, que propone un Modelo argentino de cooperación productiva en el entramado de un Desarrollo Económico Industrial Nacional y Latinoamericano,( que tiene como antecedente histórico el “Modelo Argentino para un Proyecto Nacional” que Perón formulara el 1º de Mayo de 1974 ante la Asamblea Legislativa)para aplastar por completo todo sueño de la antipatria de retornar al poder con el neoliberal Mauricio Macri.

Nicolás R. Juárez Campos

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