Desde el Instituto de Estudios Laborales y del Desarrollo Económico (IELDE), perteneciente a la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Salta (UNSa), se elaboró el informe “Ingresos familiares, pobreza y condiciones de vida de estudiantes universitarios en la provincia de Salta”. Allí se analizaron algunas consideraciones en torno a la condición socio-económica de las y los estudiantes que están presentes en el nivel superior en Salta.
El informe evidenció que más del 75% de los estudiantes de la UNSa son primera generación de estudiantes universitarios puesto que se analizó el nivel educativo de padres y madres a través de los datos vertidos en la Encuesta Permanente de Hogares – Total urbano (EPH-TU), del Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (INDEC), donde se analizó los datos del tercer trimestre de 2023.
El equipo del IELDE constituyó una tabla donde muestra la distribución de la población joven que asiste a instituciones de educación superior clasificada según el nivel educativo de sus progenitores. También se tuvo en cuenta el lugar de residencia del alumnado juvenil de nivel superior.
Según el cuadro, en el sistema público de la provincia: el 7,5%, tiene padres y madres que registran una primaria incompleta; un 31,3, tiene primaria completa; un 38,6%, tiene secundario completo; y un, 22,6, con el nivel superior completo. Lo que evidencia que el 77,4% de los estudiantes que asisten a la Universidad Nacional de Salta, representarían estudiantes de primera generación en asistir a la Universidad Pública. Mientras que, en el sistema privado, ese número desciende a 65,2%.
El informe aseguró que si se comparan las columnas de total, se puede ver que entre las y los jóvenes que asisten al sistema público están sobrerrepresentados aquellos cuya madre o padre tienen nivel educativo bajo (primaria o menos que primaria). “Esa sobrerrepresentación es todavía mayor entre aquellas personas jóvenes que declaran como residencia habitual una localidad que está situada en el resto de la provincia (no en la ciudad capital)”, aclararon. Además, sostuvieron que es llamativo también el porcentaje de estudiantes que superan el nivel educativo de sus progenitores, dado que de aquellas/os que asisten al sistema público, solo un 22,6% reside con una madre/padre con nivel superior completo, lo que serían 12 puntos porcentuales menos que aquellas/os jóvenes que asisten a establecimientos privados. La comparación entre nivel educativo de jóvenes con el de sus progenitores permite evaluar movilidad social intergeneracional, la cual es claramente más alta en el sistema público que en el privado. En ese sentido, desde el IELDE se desatacó que solo 17,6% de las/los estudiantes del resto de la provincia son hijas/os de padres con estudios superiores.
Es por ello que una de las conclusiones del escrito permite afirmar que “un certificado de educación superior permite acceder a puestos de trabajo más productivos y a los cuales se asocian niveles de remuneración más alta, la educación se convierte en una herramienta fundamental para el logro de niveles más altos de productividad e ingresos. Además, pudo verse que la educación superior en general es una herramienta que contribuye a la movilidad económica y social intergeneracional, y que la educación superior pública lo es aún más que la educación superior privada”.
Datos sobre ingresos y pobreza
El informe también mostró que el 45% de las y los estudiantes que asisten a la educación pública provienen de los estratos de ingresos más bajos, cifra que contrasta con el 17% de las/os jóvenes de estos estratos que asiste a instituciones privadas. Es decir, “hay una notable mayoría de estudiantes provenientes de hogares de ingresos bajos en la universidad pública, comparada con la universidad privada”, sentenciaron. Y si la comparación se hace centrando la atención en los estratos de más altos ingresos se concluyó que el 65% del alumnado de la universidad privada proviene de estratos de ingresos altos, mientras que en la universidad pública sólo un 30% del alumnado proviene de esos estratos de ingreso. “Desde este punto de vista no es correcto afirmar que la universidad pública recibe o atiende a estudiantes de sectores de ingresos altos. Ocurre precisamente lo contrario”, afirmaron desde el IELDE.
En cuanto a los datos vinculados a la pobreza monetaria total, se reveló que más del 50% de las/os jóvenes de la provincia residen en hogares cuyos ingresos no son suficientes para cubrir el costo de una canasta básica de bienes, y que el 12% en hogares cuyos ingresos no son suficientes para cubrir el costo de una canasta básica de alimentos. Por su parte, el 18% viven en hogares NBI. Desde el IELDE explicaron que una manera de develar si esta cifra es relativamente alta o baja, se dio por la inclusión de una columna de años, que posibilitó observar que la cifra de pobreza monetaria total de 2023 es una de las más altas de los últimos 8 años. También puede observarse que la tasa de pobreza extrema y estructural permaneció sin cambios a lo largo del tiempo. Se señaló que, junto con la provincia de Chaco, Salta es en la Argentina la provincia con más alta pobreza estructural del país, con valores que superan la media nacional de manera significativa.
En cuanto a la tasa de pobreza monetaria total, extrema y estructural en jóvenes, se analizó su condición de asistencia y tipo de establecimiento. Allí se mostró que aproximadamente la mitad de las personas jóvenes en Salta en edad de asistir a la universidad y que no lo hacen son pobres (49,4%). Este porcentaje se reduce en 10 puntos en aquella población que sí asiste a la universidad. “Traducido en palabras esto significa que entre las personas jóvenes que asisten a la universidad hay menos pobres que entre aquellos que no asisten”. Sin embargo, entre los que asisten, 51% de los que lo hacen en la universidad pública son pobres, versus el 20% de aquellas/os que asisten al sistema privado de educación. El informe señaló que “es curioso que el porcentaje de jóvenes pobres que asisten al sistema público es similar al de jóvenes pobres que no asisten. En suma, 1 de cada 2 estudiantes que asisten a la universidad pública es pobre frente a 1 de cada 5 que lo hace a la universidad privada”, afirmaron desde el IELDE.
Informe:
informe Instituto de Estudios Laborales y del Desarrollo EconomicoUNSa