Octubre, mes de la concientización sobre el cáncer de mama: prevención y detección precoz, la fórmula que salva vidas

11/10/2022

Cada día se detectan en Argentina 60 nuevos casos de cáncer de mama, de acuerdo a las últimas estadísticas publicadas por el Ministerio de Salud. Son más de 22 mil por año, lo que lo convierte en el más prevalente, y causa casi 6 mil muertes. Detrás de la "foto" que muestran estas cifras, hay tendencias contrapuestas: la mortalidad disminuye, pero la incidencia tiende a crecer, en especial en mujeres jóvenes.

“A lo largo del período 2002–2019 la mortalidad por cáncer de mama registró un descenso sostenido y significativo, a un ritmo de -1,03% anual”, destaca el ginecólogo Rodolfo Righetti (MN 66415), coordinador del área de Ginecología de Swiss Medical; y precisa que la última tasa registrada fue de 16,93 defunciones por cada 100.000 habitantes dentro de la población femenina. Hoy es el tercer tumor que más fallecimientos provoca en el país, pero se mantiene primero en mujeres.

Respecto de la incidencia creciente, el mastólogo Juan Pablo Anchézar (MN 82474), ginecólogo y mastólogo miembro de la Sociedad Argentina de Mastología, afirma que la tendencia que se ve en la Argentina es global y que se está dando también en otros tipos de enfermedades oncológicas. "¿Cuáles son las causas de este aumento? No lo sabemos con certeza, pero creemos que tiene que ver con la exposición a los factores externos, la alimentación, el sobrepeso y los malos hábitos”, enumera.

Octubre marca en el calendario el Mes de Sensibilización sobre el cáncer de mama. Ante el escenario dispar que arrojan estos números, el objetivo de este 2022 es poner la enfermedad en el centro de la agenda y promover las dos principales herramientas para hacerle frente: prevención y detección temprana. Los expertos coinciden en que esta fórmula es la llave para detener la tendencia ascendente de casos -el paso previo a que la curva empiece a bajar- y para aplicar los tratamientos en las etapas iniciales de los tumores, cuando tienen altísimas probabilidades de cura.

El rol clave de la mamografía

"La detección precoz se hace fundamentalmente a través de los estudios de imágenes. La mamografía es la mejor herramienta y ayuda a encontrar tumores más chicos. Esto es fundamental: cuanto más chicos son los tumores que detectamos, más chances hay de que nuestras pacientes se curen definitivamente de la enfermedad", explica el Dr. Anchézar, que es miembro del staff de Swiss Medical.

Además de los estudios por imágenes, el cáncer de mama puede detectarse en forma temprana por el autoexamen mamario, que consiste en la palpación realizada por la propia paciente; y el examen clínico, que lleva a cabo el médico a través de una evaluación visual y palpación de las mamas.

El ginecólogo Righetti detalla que la situación ideal sería “encontrar el tumor en la etapa preclínica; o sea, antes de que resulte palpable. De ahí el valor de la mamografía. En tumores palpables se puede considerar tempranos aquellos que no han salido de la mama”.

¿Cada cuánto hay que hacerse una mamografía? Desde los 18 años, se recomienda una consulta ginecológica anual. A partir de los 40, es posible que se indique una mamografía por año, o a lo sumo cada dos. Si hay antecedentes familiares (de primer grado), se recomienda iniciar el control 10 años antes de la edad en la cual el familiar desarrolló la enfermedad. Después de los 70, se tiende a espaciar los controles. Estas recomendaciones, de todas formas, pueden variar en función de las particularidades de cada paciente.

"Más del 90% de los tumores menores de 2 centímetros se curan definitivamente con los tratamientos actuales. Por eso es fundamental que las mujeres hagan un control periódico. Más aún después de la pandemia, porque ha bajado mucho la tasa de mamografías realizadas", remarca Anchézar.

Los factores de riesgo

Casi todas las mujeres tienen uno o varios factores de riesgo y no por ello contraerán cáncer de mama: se estima que una de cada 8 lo hará a lo largo de su vida. Pero no hay que relajarse ni pasar por alto las señales de alerta. Es importante que si una paciente presenta alguna de estas características que elevan las probabilidades de desarrollar el tumor, lo hable con su médico:

  • El riesgo aumenta con la edad; habitualmente luego de los 50 años.
  • También si se tuvo la primera menstruación antes de los 12 años y menopausia luego de los 55.
  • Antecedentes familiares de cáncer de mama (madre, hermana, hija).
  • Haber tenido cáncer de mama previamente u otras enfermedades mamarias de alto riesgo.
  • Si no se ha practicado la lactancia materna.
  • Haber recibido algún tipo de radioterapia en el pecho o la mama.
  • Uso prolongado de la terapia de reemplazo hormonal.
  • Sobrepeso.
  • No hacer ejercicio regularmente.
Índice
  1. El rol clave de la mamografía
  2. Los factores de riesgo
  • Cuidarse y adoptar hábitos saludables
  • Cuidarse y adoptar hábitos saludables

    Al analizar la anterior lista de factores de riesgo, queda en evidencia que algunos no se pueden modificar. Pero sí hay muchos otros que es posible prevenir, adoptando una serie de hábitos de vida saludable. “Como pautas de prevención podemos mencionar el no consumir alcohol y tabaco, la mantención de un peso corporal adecuado, la realización de ejercicio en forma regular y el bajo consumo de alimentos altamente procesados, particularmente azúcares refinados”, detalla el doctor Righetti.

    El peso es un punto clave y no sólo para el cáncer de mama: se estima que la obesidad -una epidemia a nivel mundial- está asociada a al menos 15 tipos de tumores. Para contrarrestar este factor, las conductas indicadas son la dieta equilibrada y la actividad física. "Hacer ejercicio regularmente disminuye la incidencia del cáncer de mama, incluso en pacientes que ya han tenido, ya que hay estudios que demuestran que la actividad física reduce la recurrencia de la enfermedad", explica Anchézar

    En tiempos de una vida voraginosa y sobrecargada de obligaciones, también es de gran ayuda lograr una adecuada gestión del estrés, que tiene impacto directo en la inmunidad del organismo y por ende, en el posible desarrollo de tumores. “En resumen, se considera que cambiar los hábitos de salud mejoraría hasta un 50% la incidencia del cáncer del mundo”, apunta Anchézar, citando una proyección realizada por el investigador Christopher Wild, director del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos (IARC) .

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