13 de Septiembre Día del Biblotecario/a: desde Salta a la Biblioteca de la Armada Argentina
13/09/2021

El día fue establecido un 13 de septiembre de 1942 por el Congreso de Bibliotecarios en Santiago del Estero, e instituido por decreto nacional en 1954 conmemorando la creación de la Biblioteca Pública de Buenos Aires en 1810 y la actividad de los primeros bibliotecarios oficiales: el Doctor Saturnino Segurola y Fray Cayetano Rodríguez.
En la Argentina hay más de 5 mil bibliotecas y unos 1600 bibliotecarios. Muchas son las bibliotecas que dependen de la Armada Argentina y en su gran mayoría, integran la Red de Bibliotecas de las Fuerzas Armadas (REBIFA). La Biblioteca “Contraalmirante Manuel José García Mansilla” es una de ellas, entre las 60 de diferentes organismos militares.
La biblioteca de la ESNM fue inaugurada el 13 de agosto de 1874, contemplando su creación desde el reglamento fundacional de la misma Escuela Naval en 1872 que se asentó en Río Santiago en el 43 y oficializando su nombre en 2010, en homenaje al centenario del fallecimiento del Contraalmirante Mansilla, director de la escuela a principios del siglo XX.
Ubicada en el primer piso del edificio de Enseñanza “Domingo Faustino Sarmiento”, tiene la misión de difundir, incrementar, conservar, preservar y optimizar el acceso a los recursos bibliográficos relacionados a temas navales, militares, de investigación y cultura; apoyando la formación ética, militar, académica, profesional y cultural de los alumnos cadetes futuros oficiales de Marina, y contribuyendo a la defensa de los intereses nacionales en el mar.
Valeria Jimena Ramos tiene 38 años, es Técnica Superior en Bibliotecología próxima a presentar su trabajo de tesis para concluir los estudios como Licenciada en Bibliotecología y Documentación.
Nacida en la capital salteña, a los 23 años dejó su ciudad natal por la “ciudad de las diagonales” y fue en La Plata donde estudió y conoció a su esposo, Damián Tolaba, Cabo Principal Informático de la Armada y padre de sus hijos: Nina de 7 años y Túpac de 6. Hoy viven en Berisso, a pocos kilómetros de Río Santiago, y Damián viaja los fines de semana ya que está de pase en la Escuela de Aviación Naval de Punta Indio.
“Mi día a día en la biblioteca es gratificante. El sólo hecho de llegar a la escuela es una experiencia singular: uno se aleja en ferri rápidamente de la urbanización hasta llegar a la isla y el ingreso a la escuela te lleva por espacios verdes y caminos arbolados; luego, caminar por los pasillos del edificio principal hasta la biblioteca con vista a la Plaza de Armas es, para mí, muy apremiante y especial”, introdujo Valeria Ramos.
Un espacio de encuentro y reflexión
“Lo más satisfactorio es poder brindar los servicios de información a los cadetes y a toda la comunidad educativa. La labor técnica y específica en el plano bibliotecológico se hace relevante al momento de poder dar solución a la necesidad de información”, contó de su labor diaria.
Valeria siente que hoy está en el lugar que se propuso “con las características de esta biblioteca enmarcada en el ámbito de la formación de los futuros oficiales; estoy convencida que este es un espacio donde me puedo desarrollar, aplicando mis conocimientos con el propósito de contribuir a hacer de la biblioteca un espacio referente y valioso dentro de la escuela.”.
Antes de trabajar aquí, ya había recorrido sus instalaciones como estudiante de bibliotecología y quedó en su memoria el anhelo de desarrollar su profesión, deseo que cumplió más tarde ya que en familia, se fueron de pase a Ushuaia, Tierra del Fuego, y Punta Indio, Buenos Aires donde trabajó como bibliotecaria. “El proceso de selección para cubrir cargo se inició a fines del 2019 al jubilarse dos de sus profesionales y fui nombrada en marzo del 2020”, explicó.
Entre sus actividades actuales, contó que se encuentra con la migración de la base de datos de la biblioteca a un sistema de acceso web actualizado; desarrollando contenido para la divulgación en la virtualidad; preparándose para participar del Encuentro de Bibliotecas de la Red REBIFA el 16 y 17 de septiembre; y también, planificando tareas para la celebración de los 150 años de la ESNM.
“Quizás desde una mirada externa no se pueda apreciar lo maravilloso de esta profesión, en la biblioteca nos encontramos con un espacio de encuentro y reflexión, en la que los bibliotecarios somos un enlace hacia la información y el conocimiento; todo un desafío en estos tiempos”, apuntó.
La Escuela cuenta, además de la Biblioteca Principal con más de 10 mil ejemplares de consulta, con dos dependencias: la Biblioteca del Cadete, un espacio de estudio y recreación, y la Biblioteca Storni, que contiene colecciones de libros personales del Almirante. La biblioteca cumple el importante rol de orientar y asesorar con información confiable y pertinente sobre Defensa Nacional, Historia, Ciencia y Tecnología Militar.
“Si bien la situación de emergencia sanitaria por la pandemia limitó mi asistencia al principio, no fue limitante a la hora de conocer la biblioteca y su especificidad. La ayuda incalculable de Silvia Park, sus concejos y aportes, hicieron que me pueda desempeñar de manera eficiente”, expresó.
Este reconocimiento lo hizo extensivo a la labor de todos aquellos bibliotecarios que se desempeñaron en la biblioteca de la escuela, “su trabajo es invaluable y por mi parte, siempre serán valorados para seguir construyendo este espacio; así lo extiendo a todos los colegas bibliotecarios que confluimos en cooperación y colaboración mutua; también, estoy agradecida a mis superiores por estar receptivos a nuevas propuestas. Estoy orgullosa de ser parte de la Institución”, concluyó.
Su Salta natal y el amor por los libros
Valeria compartió muchos recuerdos de su ciudad, como el de “levantar la mirada y verse rodea de cerros y montañas que hoy extraño”, añoró; las caminatas de niña junto a su mamá hasta al trabajo y el compartirlo todo con su hermana mayor.
“Mis recuerdos de infancia y adolescencia me llevan a la Biblioteca Provincial de Salta, donde pasaba mis tardes tropezándome con algún libro que me atrapaba y leerlo en los rincones de la casona donde funcionaba. De estilo colonial, con tejas, gran patio interior y salas alrededor… ese lugar, el tiempo allí me hicieron amar esta profesión”, rememoró con cariño.
Sus padres se encuentran viviendo en Salta y sus hermanos y sobrinos en Buenos Aires y California. De pequeña vivió en la zona norte de la capital salteña, fue a la escuela primaria “Santa Isabel de Hungría” y a la secundaria al “Instituto Padre Gabriel Tommasini”.
Confesó que su mayor hobby no es leer, sino ser mamá: “Todo mi tiempo fuera de la biblioteca es pura y exclusivamente para Nina y Túpac, son pequeños y este es mi momento de compartir y disfrutar cada instante con ellos entre sus clases de fútbol, patín, y la orquesta infantil”.
fuente: Gaceta Marinera
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