Experiencia antártica de un marino oriundo de Rosario de Lerma

26/05/2017

Cabo Primero Luis Alberto Aramayo: “Servir a la Patria es estar dispuesto a entregar la vida por el país, por tus compañeros”

Oriundo de Parques Solares en Rosario de Lerma, Luis Alberto Aramayo tiene 29 años y a los 24 decidió seguir la carrera de muchos de sus amigos salteños que ingresaron a la Armada Argentina. Así comenzó su vida de servicio, que lo llevó este último verano a trabajar en la Antártida a bordo del buque polar ARA “Estrecho de San Carlos”.

PUERTO BELGRANO - De padres salteños, Luis Alberto nació en la Ciudad de Buenos Aires cuando ellos se conocieron y, al regresar a su provincia de origen, pasó su infancia y adolescencia en Rosario de Lerma. “Soy el mayor de ocho hermanos y el único que forma parte de la Marina; mis amigos me contaban de qué se trataba y qué hacía cada uno y pude ingresar con mi profesión de camarero porque ya trabajaba en Salta hacía cinco años en eventos y caterings”, introdujo.

Contó que ingresó a la Escuela de Suboficiales de la Armada y su primer destino fue en el multipropósito ARA “Patrullero King” en el 2011, donde tuvo la oportunidad de navegar el litoral, conocer Entre Ríos, Santa Fe y Corrientes. “Ese año participé de las Campañas Sanitarias y la experiencia fue muy linda”.

Al año siguiente, Luis conoció Europa y muchos países de América del Sur como parte de la tripulación del buque escuela ARA fragata “Libertad”; “otra linda experiencia”, aseguró. “Ese año la fragata quedó retenida en Ghana pero todo se vivió con mucho compañerismo y camaradería; la Armada tiene eso, uno encuentra amistad a lo largo del camino”, destacó.

En el 2015 otra gran experiencia y anécdota lo esperaba, ser parte de la comisión que viajaría a Rusia para preparar y traer al aviso ARA “Estrecho de San Carlos”, destino naval donde se encuentra actualmente. “Fuimos en avión y volvimos navegando; fue emocionante porque llegamos a conocer otra cultura y forma de vivir. Trabajamos mucho pero también tuve la oportunidad de conocer las ciudades de Moscú y San Petesburgo, lugares soñados de impresionante arquitectura”, recordó.

Fue el único camarero a bordo para 35 tripulantes incluidos personal ruso que los acompañó en la navegación. “El viaje me brindó mucha experiencia, en mi caso me encargué de preparar los víveres y todo lo relacionado a la vajilla del buque.”

Primera vez en la Antártida

Luis Alberto fue con las más altas expectativas a cumplir con su trabajo en el continente blanco en el marco de la Campaña Antártica de Verano 2016-2017.
“El personal del buque es muy trabajador, somos un buen equipo porque existe un gran espíritu de grupo”, señaló. Luis se encarga de atender los comedores, las camaretas, la cámara del Comandante, la limpieza de esos espacios y también del servicio de lavandería además de suministrar las comidas y bebidas a bordo: “Soy el único camarero, es así que soy el mayordomo general de la embarcación”.

“La experiencia antártica fue inolvidable y compartir el día a día con los compañeros hizo el trabajo más llevadero”, dijo Luis. “A la distancia, todos pusimos una cuota extra de buena onda y lo más importante es que regresamos sanos y salvos a casa. Por supuesto que volvería otra vez, me llevo el trabajo y el esfuerzo realizado con mis compañeros para lograr el objetivo de trasladar al personal y científicos de las bases antárticas, hacía mucho tiempo que no llegaba un barco de la Armada a la base San Martín.”

Durante esta navegación como las anteriores, Luis lleva con él una estampa del Señor y la Virgen del Milagro, Patronos de Salta; libros para leer y fotos de su familia. Ni bien llegó a la Base Naval Puerto Belgrano, contigua a Punta Alta donde vive actualmente, llamó a su familia aunque “estuvimos siempre conectados durante las navegaciones; tuvimos buenas comunicaciones, es así que fue fácil y fluido hablar con ellos”.

“Extraño mucho estar en casa, pero el sacrificio vale la pena”

Expresó Luis Alberto Aramayo. Él es soltero y se encuentra en Punta Alta, al sur de la provincia de Buenos Aires; sus padres, algunos amigos y todos sus hermanos, aún viven en Rosario de Lerma. Su papá es herrero y su mamá ama de casa.

Habló de sus compañeros del colegio secundario N° 5073 que también se sumaron a la Armada. Aseguró que sus padres no pueden estar menos que orgullosos de él porque ha conocido muchos lugares del mundo gracias a su trabajo: “Mis hermanos también, ellos están muy contentos con mi profesión. Servir a la Patria es estar dispuesto a entregar la vida por el país, por tus compañeros; es defender lo nuestro y cuidar el mar”.

Contó que durante el año viaja al menos una vez a su querida provincia. “De Salta me gusta todo y extraño todo, porque es mi tierra y mi hogar y transité momentos importantes de mi vida en Rosario de Lerma. Extraño la comida salteña y las empanadas al horno, que son mis preferidas”, sonrió el joven marino.

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