Primos hermanos comparten su pasión por el mar
22/12/2016
Se trata de Mariana y Leonardo Chungara quienes acaban de egresar como oficiales de Marina al regreso de su viaje por el mundo a bordo de la fragata ARA “Libertad”. Los guardiamarinas contaron por qué eligieron la Armada y cómo su familia está orgullosa de su elección.
Siempre juntos y más hermanos que primos, Mariana y Leonardo se criaron en el entorno de una familia humilde y numerosa del barrio Miguel Ortiz. Ambos nacieron en la capital salteña, como el resto de sus 15 primos. Contaron que la fundadora de la familia Chungara fue su abuela que, al enviudar, partió de Bolivia hacia Salta con sus cuatro hijos, a quienes supo mantener unidos.
Fue así como se criaron prácticamente juntos, primero en la casa de su abuela y luego viviendo a unas pocas cuadras de distancia unos primos de otros. Leonardo tiene 24 años y es el mayor de sus seis hermanos; Mariana tiene 23 y es la única mujer en su familia de tres hermanos. Él, muy compinche de los hermanos de Mariana, y Mariana, de las hermanas de Leonardo; y entre ellos, una gran amistad más allá de los lazos sanguíneos.
Además de las cotidianas reuniones familiares, compartieron folcklore y ajedrez juntos y aunque Leonardo es un año más grande, todo se fue dando para que en el 2010 ingresaran a la Escuela Naval Militar en la misma promoción, la 144º; Mariana en el Escalafón Comando Naval y Leonardo en el de Infantería de Marina.
“Es muy lindo ser una familia tan numerosa y juntarse los domingos en casa de mi abuela. De chicos siempre estábamos en contacto, los varones quedábamos en casa de Mariana y las chicas, en la mía. Somos una seguidilla de primos, lo que nos hace muy unidos”, contó Leonardo.
Y agregó: “Con mi prima tenemos la misma historia, entre una cosa y otra se acomodó todo para que juntos caminemos este rumbo en la Armada. Nos fuimos juntos por primera vez de Salta y realmente es bueno tenerla cerca y compartir la vida naval con ella. Si bien cada uno tiene sus amistades, siempre nos tendremos el uno al otro para lo que necesitemos”.
Leonardo Chungara Boris contó que estaba cursando la Secundaria en la Técnica 2 cuando fue a dar una charla informativa la Delegación Naval de Salta: “No conocía la Institución, y me llamó la atención lo relacionado a la Infantería de Marina; realmente me gustó para mi futuro”, contó.
A los 8 años integró la Gendarmería Infantil y al terminar la Secundaria rindió con éxito al mismo tiempo los exámenes para ingresar a la Gendarmería y a la Armada pero su decisión final fue el mar. “Que haya ingresado fue muy emocionante, un Chungara en la Fuerzas Armadas. Toda mi familia estaba más que contenta y me apoyaron un montón, sobre todo mi mamá”, destacó.
A Mariana Belén Chungara Callapa un compañero de Secundaria le contó que tenía un tío que era suboficial en la Armada y a partir de ese momento quiso formar parte de la Marina. “Todo comenzó con una idea, como un sueño, igual que los niños que dicen que van a ser cantantes”, aseguró Mariana.
Sus padres creyeron que se trataba de algo pasajero, “pero me mentalicé tanto que hacía todo para llegar a mi objetivo, hasta rendí libre inglés para ingresar a la Armada y fue el momento en que mi mamá empezó a tomarse en serio mi idea. Con papá no fue tan fácil, pero al ver que tenía muy claro mi interés y estaba firme en mi decisión, me apoyó. Ahora están felices y lo que más me motiva para seguir adelante es ver cómo ellos disfrutan mis logros”, expresó.
Mariana realizó parte de sus estudios en el colegio Santa Isabel de Hungría y los últimos años de Secundaria en el Normal General Belgrano. “Con mucho sacrificio mis padres me enviaron a un privado, mi papá se fue a trabajar al sur durante 7 años en una empresa de construcción, fue dura su ausencia en pos de nuestra educación; cuando volvió fuimos a un colegio público y se priorizó hacer otras actividades como inglés, danza, guitarra y deportes”, explicó. Su mamá aún se dedica a vender ropa en un carrito y a Mariana le gustaría ayudarla para que deje de hacerlo “porque es mucho esfuerzo para ella y quisiera que ahora disfrute más de su tiempo y de su vida”, expresó.
Ella rescata como Leonardo la gran unión que reina entre sus tíos y primos, “estamos todos cerca, en el mismo barrio, en un radio de tres cuadras a la redonda, siempre juntos; somos un familión”, dijo con orgullo. “Mi hermano es el mayor de los 17 nietos, le sigue Leonardo y después yo. Mi primo es a veces mi hermano, mi amigo, mi padre e ingresar juntos a la Armada nos unió mucho más. Toda la familia colaboró para que nosotros nos realicemos y sin ellos no estaríamos acá; la conclusión es que vale la pena pelear por lo que uno quiere porque todo es posible si uno se esfuerza para conseguirlo”, enfatizó.
Lejos de todos pero juntos
Ninguno sabía, ni Mariana ni Leonardo, si finalmente les iba a gustar la vida militar, “ahora miro hacia atrás y estoy feliz hasta dónde llegué y todo lo que falta por venir”, manifestó Mariana. “El Viaje de Instrucción Naval durante seis meses por el mundo fue un antes y un después en nuestras carreras porque es más que un viaje, es una instrucción constante donde nos formamos para ser buenos ejerciendo nuestra profesión, que es una forma de vida”, agregó.
“Estoy muy agradecida de las experiencias que vivo gracias a esta carrera; la Armada me dio la posibilidad de poder estudiar y no me veo en otro ámbito que no sea la Armada; es todo lo que tengo y espero estar siempre a la altura de lo que me pida”, destacó la flamante oficial de Marina.
“Ahora mi papá está muy feliz por mí y dice ‘si lo cuento en el barrio no me van a creer: la hija del albañil haciendo Patria, asombroso’. Él hizo el Servicio Militar en Bolivia y esperaba que uno de sus changos fuese militar; y más o menos le salió, pero fue la nena”, sonrió Mariana.
Para Leonardo, conocer el mar durante sus años en la Escuela Naval fue lo que marcó su vida. “En un ejercicio caminábamos por el bosque y de pronto encontré el mar; jamás había visto tanto mar”, contó asombrado. “Para mí la Armada es tanto una motivación como un desafío porque mientras forme parte de la Institución voy a hacer lo posible para defenderla y que vaya hacia adelante. Sin dudas, la Armada abre puertas: nos educan, nos instruyen y uno agradece y responde sirviendo a la Patria con esfuerzo y sacrificio”, agregó. Le gustaría especializarse en Comunicaciones dentro de la Infantería de Marina.
Leonardo, a quien sus compañeros y familiares llaman Boris, recordó un momento emotivo, previo a la zarpada de la fragata, que resume sus expectativas, logros y apego familiar: “Vi a mi mamá llorar, es algo que no puedo soportar y me uní a ella; y fue donde caí en la cuenta de todo lo que se venía: que iba a estar más lejos de lo que nunca había estado de mi casa y que luego de eso, al regresar al país, egresaría como oficial de Marina, de lo que siempre soñé desde que conocí la existencia de la Armada Argentina”.
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