ELA y la Fundación Contemporánea se reunieron con el diputado Godoy para dar impulso a una distribución social del cuidado más equitativa
15/11/2016
A pesar de haber ingresado masivamente al mercado de trabajo, las mujeres siguen siendo las principales encargadas del cuidado de las familias, así como también las que llevan adelante la mayor cantidad de tareas dentro del hogar, dando lugar a lo que se conoce como la “doble jornada femenina”. Este y otros datos de interés para la generación de políticas públicas fueron abordados por la Fundación Contemporánea que coordinó una reunión entre ELA y el diputado provincial, Lucas Godoy.
Las mujeres dedican 6,4 horas en promedio por día al trabajo doméstico no remunerado (en tareas relacionadas con los quehaceres domésticos, el apoyo escolar y el cuidado de personas) en comparación con solo 3,4 horas dedicadas a las mismas tareas por los varones (INDEC, 2014). "Esta división asimétrica en la responsabilidad de cuidar de otros, impacta no solamente en el bienestar de las mujeres trabajadoras y su inserción laboral plena y en condiciones de igualdad con los varones, sino que afecta además las condiciones para el cuidado de niñas, niños y adultos mayores", explicó la presidenta de la Fundación Contemporánea, Pamela Ares, en reunión con la responsable del Área de Políticas del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), Lucía Martelotte, y el diputado provincial, Lucas Godoy.
Y es que, con el apoyo de UNICEF, ELA se propone relevar las herramientas disponibles para alcanzar una organización social del cuidado más justa. Por un lado, mediante el relevamiento de las normativas actualmente vigentes en nuestro país en materia de licencias de maternidad, paternidad y familiares, así como las que refieren a lactancia, centros de cuidado infantil y otras licencias que favorezcan el cuidado. Por otro lado, a partir de la identificación y sistematización de buenas prácticas empresarias en materia de cuidado y políticas dirigidas a la conciliación de la vida familiar y la laboral. Por último, el proyecto se propone relevar en qué medida la temática de la distribución del cuidado se encuentra presente en la agenda de demandas que impulsan los sindicatos.
Además de contar con un diagnóstico a nivel nacional, resulta importante conocer cuál es la situación del derecho al cuidado a nivel local. Por ello, en el marco de este proyecto, ELA desarrolló un relevamiento en la provincia de Salta, estableciendo encuentros con diversos organismos públicos y organizaciones de la sociedad civil, entre ellas con la Fundación Contemporánea.
Es que, según explicaron Ares y la investigadora de ELA, Lucía Martelotte, "reconociendo el cuidado como una responsabilidad social colectiva, cobran importancia las políticas públicas que lleva adelante el Estado y las iniciativas de la sociedad en su conjunto para generar diversos mecanismos que garanticen los derechos de todas las personas a brindar y recibir cuidado. Estas políticas incluyen desde la ampliación del goce de licencias de maternidad y paternidad, como también licencias familiares, beneficios de flexibilización horaria, teletrabajo, políticas para establecer el regreso gradual al empleo una vez finalizada la licencia, el establecimiento de lactarios en las empresas, centros de desarrollo infantil y otras".
"La forma en que inter-relacionadamente las familias, el estado (como proveedor de servicios de cuidado y como regulador de las relaciones laborales), el mercado (por ejemplo, a través de las acciones de conciliación al interior de las empresas) y las organizaciones comunitarias (como los comedores comunitarios), producen y distribuyen el cuidado, se conoce como la organización social del cuidado. En la actualidad, la organización social del cuidado es inequitativa, tanto en término de género (por la sobrecarga sobre las mujeres) como en términos socioeconómicos, porque afecta en mayor medida a las familias de menos recursos económicos. Para lograr una distribución más equitativa de las tareas del cuidado en nuestro país, deberían delinearse estrategias de corto, mediano y largo plazo y que apunten a corregir diversas fuentes de inequidad, incluyendo estudios y diagnósticos específicos de cada territorio", dijo Martellote.
Por su parte, Ares insistió en que "es necesario lograr un involucramiento efectivo de todos los actores de la organización social del cuidado en el impulso a una agenda más equitativa del cuidado. El Estado, sumado a las empresas, los sindicatos, y la comunidad en general, pueden convertirse en agentes de una transformación de la organización social del cuidado en pos de una distribución más justa y equilibrada, que permita apoyar el desarrollo pleno de niños, niñas y adolescentes en Argentina, al mismo tiempo que promueva relaciones más equitativas entre los géneros".
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