La tecnología de hoy permite revelar costumbres de los incas

31/10/2016

Hallazgos recientes brindan pistas sobre la actividad metalúrgica del Valle de Hualfín, región que estuvo bajo la órbita del Estado incaico hace más de quinientos años. El INTI participa de la investigación a través del Laboratorio de Especies Cristalinas.

Hace un lustro, una expedición arqueológica descubrió 32 hornos metalúrgicos incaicos en el valle de Hualfín, ubicado en el departamento de Belén en pleno corazón de la Provincia de Catamarca. Este hallazgo permitió arrojar luz sobre prácticas tecnológicas, materiales utilizados para la fundición y también aporta indicios sobre cómo era la vinculación entre las comunidades originarias y el Estado Inca.

“A partir de estudios realizados por los especialista del INTI, pudimos detectar la presencia de cobre en los hornos. El resultado es muy importante para la investigación porque nos permite confirmar que estas construcciones eran utilizadas para la actividad metalúrgica”, afirma la arqueóloga Josefina Spina de la Universidad Nacional de La Plata, que desde 2012 trabaja en este tema en el marco de su tesis de doctorado.

Para conocer los residuos de fundición presentes en el lugar, se enviaron al INTI muestras de los hornos (escorias). “Pudimos determinar la composición química de las piezas a través de las técnicas de difracción y fluorescencia de rayos x, que permite identificar compuestos y elementos respectivamente”, detalla Rodrigo Álvarez del Laboratorio de Especies Cristalinas del Instituto. El análisis se complementó con ensayos a través de un microscopio electrónico de barrido, que también identificó vestigios de cobre en el sitio.

Los resultados indican que los hornos se utilizaban para la metalurgia extractiva, primera etapa del proceso que reduce el mineral a metal. También confirman que pertenecían al imperio incaico, no sólo porque antes de ese período las fundiciones de la zona se realizaban utilizando crisoles sobre fogones sino además por la presencia de cerámica incaica en el lugar y dataciones realizadas por radiocarbono.

La investigación es un aporte muy importante para quitar un velo más sobre la historia de las comunidades originarias, que se encontraban antes de la llegada de los colonizadores españoles al continente. Para avanzar con el trabajo se estudiarán muestras de minerales encontrados en el sitio y otras tomadas a cinco metros de zonas aledañas a los hornos, para conocer la composición geológica de la corteza terrestre del lugar. “Además analizaremos las temperaturas de formación de los desechos metalúrgicos, el vínculo de estas prácticas tecnológicas con el Estado Inca (sustentado en la hipótesis que las comunidades locales entregarían parte del metal obtenido como tributo), la influencia de otras prácticas ancestrales, entre otras acciones”, detalla Spina.

Los estudios realizados desde el INTI se basan en principios de la Arqueometría, una disciplina que suma análisis físicos y químicos para los estudios arqueológicos. “Estas técnicas se están incorporando con fuerza dentro de los programas de estudio de los arqueólogos y continuará ampliando su injerencia porque aportan al rigor científico de su trabajo”, concluye Álvarez.

INTI – Helena Marchini

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