Gladis, la empanadera que pelea por tener su propio local de comida

12/09/2013

Las empanadas de Gladis Córdoba deben ser unas de las más ricas de toda Salta. No por nada, esta mujer ganó en dos oportunidades el Concurso de la Empanada y se impuso a cerca de cien competidoras. Ella reúne dos cosas que se complementan: sabe cocinar muy bien y tiene espíritu emprendedor. Es por eso que la Municipalidad de Salta la está ayudando para que pueda acceder a un crédito y poner su propio local de comida.

Gladis nació en la tradicional villa Primavera. A los 10 años ya ayudaba a su mamá en la venta de empanadas. En la familia eran siete hermanos y, tras la muerte de su padre, la venta de empanadas era el único ingreso que tenían.

Junto a su abuela, Ricarda Córdoba, y su mamá Berta Mamaní, aprendió a hacer su especialidad: las empanadas, actividad que se convirtió en una tradición para la familia.

A los 15 años empezó a trabajar en la pizzería La Salteña como cocinera. Tiempo después comenzó a vender comida, ya en la casa de su suegro.

Gladis ganó el concurso de la empanada en 2009 y en 2010 obtuvo el segundo lugar. Ya en 2011 consiguió el primer premio del concurso del locro y en 2012 volvió a ser la mejor empanadera.

En la actualidad, Gladis vende empanadas los sábados y domingos en villa Primavera. Y de lunes a viernes vende empanadas por encargo en barrio Los Lapachos, donde reside actualmente. Por ser la mejor empanadera tiene gran demanda, de empresas catering, confiterías y dependencias públicas.

Hace ya un tiempo comenzó a realizar cursos en la Oficina de Empleo de la Municipalidad, dependiente de la Secretaría de Gobierno donde se capacitó en cómo gestionar su emprendimiento.

También Participó de charlas para emprendedores, en talleres de orientación sobre trabajo independiente y realizó cursos de gestión empresarial. Gladis solicitó un crédito al Ministerio de Trabajo de la Nación y por medio de la Municipalidad, que la ayudo a cumplir los trámites y requisitos, está a punto de recibir el dinero que le permitirá colocar su propia casa de comida.

La vida de Gladis no se puede separar de la gastronomía: está casada con un mozo y tiene dos hijas. Una ya es chef y la otra también trabaja en cuestiones relacionadas al área.

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