Para algunos la política es más fuerte que la fe

10/09/2013

Fiel a su estilo de manipulador, el senador Juan Carlos Romero está preparando su regreso a la procesión del Milagro, que como todos saben, se llevará a cabo el domingo. Lo de "regreso" viene a cuento ya que, desde que dejó de ser gobernador, nunca más hizo el recorrido junto a los Santos Patrono de la provincia. De hecho, cuando ostentaba el cargo de primer mandatario le costaba concurrir, lo hacía empujado por la obligación de estar.

Romero no es muy apego al catolicismo, pero eso no es el centro de la discusión. Cada ser humano tiene la libertad y el derecho de creer en lo que se le da la gana. Lo que si es cuestionable, y máxime para el salteño común que profesa una profunda fe en el Señor y Virgen del Milagro, es que se use las Sagradas Imágenes con fines políticos.

Entonces, si el ex gobernador nunca más regresó a la Procesión luego de dejar su cargo, suena muy oportunista que se esté preparando para volver a mostrarse el domingo caminando con rostro compungido por el recorrido de la fiesta religiosa, ¿no le parece?

En fin, mover una montaña debe ser más sencillo que empujarlo al senador a realizar la procesión. Desde esta óptica, entonces, se puede deducir que, para Juan Carlos Romero, la política es más fuerte que la fe. Al menos, difícilmente la fe le de al senador los dividendos económicos que sí encontró en el "arte de lo posible".

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