Plásticos en la cocina: ensayos para cuidar al consumidor
17/06/2013
El empleo de materiales plásticos para cocinar requiere ciertas precauciones. Un grupo de especialistas del INTI lleva a cabo una serie de estudios para verificar la aptitud sanitaria de materiales destinados a entrar en contacto con alimentos.
Desde hace años, el plástico llegó a las cocinas para quedarse: envases, tapas, recipientes herméticos, bolsas, láminas plásticas y hasta cubiertos descartables forman parte de los utensilios habituales en los hogares. Por este motivo, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) realiza ensayos a pedido de fabricantes para verificar que las formulaciones contengan únicamente sustancias autorizadas y cumplan con las restricciones establecidas por la legislación del Mercosur.
Esta normativa para materiales destinados a entrar en contacto con alimentos especifica los polímeros y aditivos que pueden ser utilizados en la producción de envases, las restricciones que deben cumplir y las condiciones en las cuales deben realizarse los ensayos simulando las condiciones reales de uso.
En el Centro INTI-Plásticos desde hace varios años se realizan los ensayos para verificar si los artículos plásticos destinados a entrar en contacto con alimentos son aptos para tal fin. Los estudios que se realizan evalúan las posibles interacciones entre los envases y su contenido.
Las interacciones del material plástico con el alimento pueden ser: migración de sustancias desde el material de envase hacia el alimento, permeabilidad del material que permite el intercambio de gases entre el medioambiente y el interior del envase (por ejemplo, ingreso de oxígeno) y sorción del alimento en el material, es decir, la retención de un componente en el envase.
Los materiales de envase no deben ceder al alimento sustancias (migración) que puedan representar un riesgo para la salud de los consumidores ni alterar su calidad sensorial. El fenómeno de sorción cobra importancia en la utilización de material reciclado, ya que sustancias sorbidas previamente que puedan tener interés toxicológico o producir degradación sensorial al quedar retenidas en el material podrían llegar a migrar en el siguiente uso, si el proceso de descontaminación no es eficiente. Por este motivo está prohibida la utilización de material reciclado en contacto con alimentos, con la excepción del PET si éste se produce con una tecnología adecuada y aprobada según la Resolución Mercosur GMC Nº 30/07.
Otro aspecto a tener en cuenta es leer atentamente las etiquetas de los productos plásticos que se adquieren antes de su uso, tales como bolsas, papel film, contenedores, entre otros. Entre la información que debería figurar en el envase sobre el uso más adecuado, se podrían encontrar leyendas o logos como “apto para calentar en microondas” o “apto para lavavajillas”. Si la empresa que fabrica el producto demuestra que lo ha aprobado para contacto con alimentos ante las autoridades de aplicación correspondientes, se cuenta con el respaldo de que los productos han sido ensayados simulando las condiciones de uso real, y si además los ensayos se realizaron en INTI-Plásticos están acreditados por el Organismo Argentino de Acreditación (OAA) y se realizan siguiendo los lineamientos de la Legislación Mercosur y las normas específicas.
Comercio plástico
De acuerdo con datos de la Cámara Argentina de la Industria Plástica, en el año 2009 -fecha de las estadísticas más actualizadas- el 77,2% de las exportaciones de productos terminados plásticos pertenece al rubro de envases y sus partes, con un total de 45.415 toneladas. Si se contabilizan además los productos semielaborados, el volumen aumenta a 154.552 toneladas, de las cuales el 57,4% se dirige a países del Mercosur. Esto demuestra la importancia de contar con un laboratorio que verifique el cumplimiento de la legislación vigente en los envases plásticos nacionales.
Contacto // María Raquel Fernández
fernanmr@inti.gob.ar
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