Se entregó y confesó el joven del triple homicidio de Solidaridad
27/02/2013
El muchacho, de 17 años, se presentó ante una agente que se hallaba de guardia y pidió ser detenido. En minutos la dependencia policial se convirtió en el búnker de la más alta jerarquía de la fuerza policial.
El principal sospechoso de haber asesinado a mazazos a su madre y a su hermana de 8 años y de propinar 14 puñaladas a su hermano de 12, en el barrio Solidaridad, al este de esta capital, se entregó ayer a las 6.04, en la sede de la División Criminalística, sita en el pasaje Miramar, en el microcentro de la ciudad. Estuvo prófugo desde la medianoche del domingo, cuando fueron hallados los cuerpos de las víctimas: Eliana Chiliguay (34), Brissia Ayelén y Matías López Chiliguay.
“Soy el que asesinó a su familia en barrio Solidaridad”, dijo de manera firme. “Vengo para que me detengan”, fue la frase que utilizó el joven cuando ingresó a la sede de Criminalística.
No se lo veía quebrado, nervioso ni abrumado.
A partir de allí, el sitio fue acordonado con una guardia de nueve efectivos, mientras, al lugar arribaron las principales autoridades de la Policía de la Provincia, encabezadas por su jefe, Marcelo Lami.
El chico, de 1,76, aproximadamente y físico atlético, vestía una campera gris, un jean y zapatillas rojas. Fue conducido a la planta alta donde permaneció hasta las 11.
A esa hora fue sacado completamente cubierto por una manta oscura hasta un camión de la División de Infantería, bajo un fuerte y coordinado operativo policial, que impidió a la prensa tomar imágenes del detenido. De inmediato fue conducido hacia la Ciudad Judicial.
Las 24 horas de un prófugo
El muchacho, según el testimonio de una vecina, abandonó su domicilio de manzana 437 B, horas después de consumar el brutal triple homicidio, cerca de las 6 de la mañana del día domingo. Previo a ello se bañó, cambió de ropa, cerró todo con llave y salió.
Hay evidencias de que su madre tenía restos seminales en la zona vaginal, pero sin que hubiese sido penetrada, lo que hace sospechar que el líquido cayó sobre su cuerpo estando ya muerta.
Darío abordó un remise y se dirigió hacia la terminal de ómnibus donde adquirió un boleto con destino a La Quiaca, Jujuy, probablemente con la intención de cruzar la frontera. Pero al llegar a San Salvador de Jujuy se bajó.
En esa capital deambuló por tiempo indeterminado, hasta que entró a una peluquería para cambiar su fisonomía. Pagó $30 y se hizo un corte comando. Al parecer, permaneció en Jujuy hasta las últimas horas del lunes cuando decidió volver a Salta.
Marcela Chiliguay (hermana de su madre) aseguró que su sobrino “era un joven particular. Estaba todo el día adentro de su casa y casi no visitaba a su familia en Cachi. Solo lo hacía si iba acompañado de su mamá. A mí solo me decía ‘hola y chau’. No tenía amigos y a los chicos del barrio solo los saludaba, pero no se juntaba con ellos”.
Policías que estuvieron con el detenido durante cinco horas, aseguraron que éste habló casi todo el tiempo de videojuegos, que no se hallaba quebrado y que más allá de su confesión, realizada con precisión en torno a cómo fue liquidando a uno tras otro, no dio detalles de sus razones.
“Durante el tiempo que estuvo en Criminalística y el posterior traslado a Ciudad Judicial, solo hablaba de videojuegos”, dijo un uniformado a este medio.
El juez Pablo Farah aseguró a El Tribuno que le llamó la atención que el confeso autor del triple crimen tuviera la segunda mejor calificación de la Escuela Técnica 3, donde cursaba el 3º año.
El joven no declaró y recién lo hará hoy en el Juzgado de Menores
Horas después de haberse presentado en la sede de Criminalística, el confeso autor del triple crimen de su familia fue llevado, ayer a las 11.30, al Juzgado de Instrucción Formal 3, donde lo esperaba el juez de la causa, Pablo Farah.
Sin embargo, el joven de 17 años, acompañado por el defensor penal de menores, Carlos Hugo Genovese, y el asesor de Menores Incapaces, José Pereyra, no declaró por imposición de este último, quien dijo que no se hallaba en condiciones psicológicas de hacerlo y reclamó que fuese sometido a un análisis mental previamente.
En tanto, el magistrado se declaró incompetente en el caso y lo pasó al Juzgado de Menores 2, a cargo de Silvia Bustos Rallé, quien le tomará declaración a primera hora de la fecha.
El joven quedó alojado en el Centro de Jóvenes en Conflicto con la Ley Penal.
La diligencia que sí se realizó ayer en la sede del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF) del Ministerio fue un hisopado bucal para la extracción de saliva. Se comparará el ADN de estas muestras con el líquido seminal hallado en el cadáver de su madre.
Su hermano sí fue apuñalado
Las fuentes a cargo del caso confirmaron a El Tribuno que además de matar a mazazos a su hermana y a su madre, el autor del hecho le aplicó entre 14 y 16 puñaladas al pequeño Matías, de 12 años, en diferentes zonas del cuerpo.
El joven sospechoso y confeso del horroroso triple crimen jamás se mostró quebrado, no derramó ni una lágrima ni pareció estar afectado por lo ocurrido. “Parecía de hielo”, comentó un policía.
Un triste cortejo partió hacia la localidad de Cachi
En la tarde de ayer y tras engorrosos trámites, finalmente los restos de Brissia Ayelén; Matías y Elena Chiliguay les fueron entregados a la familia.
El padre y esposo de las víctimas Hernán Darío López, quien llegó desde la provincia de Santa Cruz, donde trabajaba, retiró los cadáveres desde la morgue del hospital San Bernardo y minutos después junto a sus hermanos tomaron rumbo hacia Cachi, de donde es oriunda la familia. Una caravana de vehículos integró el triste cortejo, al que se sumaron decenas de personas, entre vecinos y amistades de las familias enlutadas por la tragedia.
Laura Chiliguay madre y abuela a la vez, aseguró a este medio que no puede creer lo que pasó y que a pesar de que su sobrino asumió la responsabilidad del crimen y se entregó a la Justicia, en su más íntimo rincón abriga la esperanza que los hechos se desencadenaron por un acto demencial e involuntario.“No puedo creer, no quiero creer, no pienso culparlo, sigue siendo mi nieto a pesar de todo, y después de las sepulturas vamos a apoyarlo para que supere este gravísimo trance”, manifestó, esperanzada.
En tanto, vecinos y familiares aseguraron ayer a El Tribuno que “el chico está enfermo y que deben tratarlo como tal”.
“Jamás manifestó rebeldía alguna, su timidez y sus buenos hábitos hicieron de él, hasta hace unas pocas horas, un joven ejemplar”, dijo su tía Marcela. “¿Qué le pasó?, no sabemos, pero creemos que se trató de un acto demencial e involuntario”, consideró, profundamente dolida por todo lo ocurrido.
La casa con consigna policial
El inmueble de Solidaridad donde se produjo el demencial y mortal ataque se encuentra bajo una fuerte custodia policial.
La orden judicial de preservar el lugar para futuras diligencias hizo imposible incluso a los familiares retirar los documentos de los fallecidos, lo que demoró la entrega de los cadáveres.
La medida judicial se extenderá hasta tanto se puedan realizar un cúmulo de diligencias ordenadas por el juez actuante y que se realizarán conforme a las declaraciones del principal sospechoso, quien aún no declaró ante la Justicia de Menores, con competencia en el caso.
El Tribuno Salta
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