La producción de agua pesada no implica riesgos ambientales

14/02/2012


Tanto el agua pesada como su proceso de obtención no son contaminantes ni ponen en riesgo la calidad del agua de los ríos. Este recurso estratégico se obtiene en base un proceso químico entre amoníaco y agua natural, tiene una larga vida útil y se lo puede reutilizar.

Alrededor de las actividades nucleares siempre persiste un halo de desconfianza, ya que el imaginario establecido nos remite a algo peligroso y de lo que deberíamos mantenernos alejados. Para comenzar a desmitificar estas creencias, TELAM conversó con el ingeniero Héctor Apesteguía, gerente General de ENSI, la empresa estatal que opera la Planta de Agua Pesada (PIAP), ubicada en Arroyito (Neuquén). Desde esta planta, la CNEA produce este insumo básico para las centrales nucleares que funcionan en base a uranio natural.
En primer lugar, es importante destacar que el agua pesada fabricada en la PIAP no es un producto radiactivo, ya que se obtiene como resultado de un proceso puramente químico. De hecho, se la denomina agua pesada virgen porque no tiene contacto alguno con ningún tipo de sustancia antes de ingresar a un reactor nuclear. Al respecto, Apesteguía explicó que “el único componente químico que se utiliza en la planta es el amoníaco, además del agua. Previamente, para hacer el tratamiento de agua desmineralizada, se usa hidróxido de sodio, clorhídrico y sulfato de aluminio. Pero estos son químicos que en cualquier fábrica de gaseosas se utilizan porque tienen plantas de tratamiento de agua. Es decir, son químicos que se emplean para tratar el agua que luego irá a la planta”, aclaró.
Apesteguía agregó además que el amoníaco que usan en la PIAP es comprado. Esto marca una diferencia respecto de las plantas de agua pesada de la India, por ejemplo, que obtienen este químico de sus propias fábricas de fertilizantes hidrogenados.
La planta tampoco ofrece problemas de emanaciones. El gerente General de ENSI aseguró que poseen dentro de la PIAP todo un sistema de recuperación de efluentes líquidos y gaseosos para tratar el amoníaco y otros químicos, además de una unidad —la 34— dedicada al tratamiento de los drenajes y efluentes, para que estos se vuelquen totalmente neutros. Por otra parte, durante este tratamiento, el efluente se separa del amoníaco que —a su vez— se recupera para volver a inyectarlo en la planta.
En comparación con otras actividades industriales, el proceso de obtención del agua pesada no es contaminante, de la misma forma que no lo es el producto final. “El agua pesada es un bien muy durable —indicó Apesteguía— y puede durar toda la vida operativa del reactor de uranio natural. En general, se deben hacer reposiciones todos los años, pero esta es de alrededor de un 1% de la carga inicial”.
Estas pequeñas reposiciones técnicas, que se producen por las tareas de mantenimiento y operación normal, son necesarias porque el agua pesada dentro del reactor se tritea. “Es decir, se transforma el deuterio en tritio. En ese caso, lo que se hace es sacar parte del agua pesada, se inyecta agua virgen y, así, se baja la concentración de tritio”, explicó.
¿Y qué pasa con el agua extraída? “Se le realiza un proceso de destritiado y se reinyecta nuevamente al reactor en caso de que sea necesario. Es decir, se puede volver a utilizar”, respondió Apesteguía.
Finalmente, el gerente de la planta explicó que el único inconveniente con el agua pesada es que si se deja destapada, al contacto con el aire, se degrada. “La humedad del aire puede diluir la concentración de deuterio en el agua. Entonces, hay que mantenerla bien cerrada. Pero esa es toda la precaución que se debe tener. Si el agua se mantiene en buenas condiciones de almacenamiento no tiene período de vencimiento”, concluyó.

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