Diaguitas denuncian que los desalojaron y destruyeron sus casas

08/01/2011

Fueron expulsados el 17 de diciembre. La policía cargó sus pertenencias en camiones. Con máquinas y tractores derribaron las viviendas y arrasaron lo sembrado. Las familias aseguraron que intentarán recuperar las tierras.

Cinco familias pertenecientes a la comunidad Diaguita Calchaquí de Las Pailas en Cachi, provincia de Salta, fueron violentamente desalojadas de sus tierras y sus casas el pasado 17 de diciembre. Desde entonces resisten en una carpa junto a sus mujeres y sus niños, cortando el acceso y a la espera de que se les restituyan sus tierras. Se preparan para recuperarlas.

Dicen que para vender otro pedazo de nuestro país a “inversores extranjeros”, se impone una pregunta que suena a oferta pero que sirve para cambiar el precio de las tierras: “¿Las quiere con gente o sin gente?". Tiempo Argentino dialogó con el cacique Ambrosio Casimiro y con sus miembros, apostados en el corte. El cacique relató los hechos con un hartazgo como de siglos.

“Parece increíble que sigamos sufriendo estos atropellos. Este es un territorio que tiene por característica principal ser uno de los yacimientos arqueológicos más extensos de la zona, allí vivimos siempre, desde nuestros anteabuelos, pasando por nuestros padres y ahora nuestros hijos y demás descendientes. No sólo atropellaron a nuestras familias y destruyeron nuestros cultivos, sino a nuestra historia, a nuestros rituales, a nuestra cultura de comunión permanente con la madre tierra, nuestra Pachamama y con nuestras raíces culturales.” Desconocen la Constitución Nacional y “la Ley 26.160 y la 26.554 que suspende todos los desalojos en los territorios de los pueblos originarios. ¡Esto quiero que quede bien claro!”

En el corte, Juan Manuel Liquín contó que esa mañana un grupo de casi 25 policías llegó en cuatro móviles para desalojar a cinco familias que pertenecen a la comunidad. Entre ellos estaba Carlos Alberto Robles, quien reclama 25 hectáreas de tierra, acompañado por Abelardo Alancay. Leyeron una orden de desalojo emitida por la jueza Mónica Gabriela Faber.

El comisario de la zona dio la orden. Los efectivos tomaron picos y empezaron a romper los candados y las paredes de las casas para poder sacar todas las pertenencias de las familias de manera violenta. Las familias desalojadas fueron las de Egdmidio Liquin, Quintina Prieto, Andrés Mamani, Gerardo Mamani y Quintín Cruz. Cerca del mediodía mandaron tres camiones contratados por Carlos Robles para sacar las pertenencias y llevarlas a casas de familiares de los desalojados en el pueblo; la misma policía cargó las cosas en los camiones.

Al anochecer llegó a la zona una máquina que derribó las casas totalmente. Luego, con un tractor, Orlando Alancay destruyó los sembradíos de poroto, pimiento, maíz, papa, y arveja.

Se proponen recuperar el territorio y reconstruir las casas. Las cosechas y los sembradíos ya están perdidos, como está perdido el trabajo de todo el año con este atropello. “Exigimos a los del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, la Secretaría de Derechos Humanos y el INADI a tomar intervención en el asunto a fin de dar cumplimiento efectivo de los Derechos de los Pueblos Originarios y brindar soluciones políticas necesarias e inmediatas”, dijeron. (TA)

 

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