Carta de Pedro Almodóvar a los salteños

14/07/2010

"El matrimonio homosexual no le hace mal a nadie", advierte el cineasta español Pedro Almodóvar en una carta que envió a los salteños por intermedio de su amiga Lucrecia Martel. Le pide a nuestros senadores que apelen al sentido común en la votación de hoy en el Congreso.


El Domingo la directora de cine salteña Lucrecia Martel veía la final del mundial de fútbol en Madrid, junto a su amigo Pedro Almodóvar. Los españoles corrían por las calles pintados, semidesnudos y felices, inundando las mismas calles que una semana antes gente pintada, semidesnuda y feliz colmaba la marcha por orgullo gay.

Entonces fue que Lucrecia le comentó a Pedro sobre la inminencia de la votación sobre el Matrimonio Gay en el Senado en nuestro país. Pedro, que está a cuatro semanas de iniciar su película número 18, enloquecido de trabajo pero, como siempre, comprometido con la felicidad de la gente, le dijo que quería enviar una carta. Es el texto que publicamos en Salta 21 y que está destinado a su difusión masiva a través de los activistas salteños que defienden los derechos de gays, lesbianas y travestis. "LLega un día tarde, lo lamento muchísimo, la marcha fue hace unas horas, pero recién llego a Buenos Aires y estaba la carta en mi correo", nos explica Lucrecia, en un mail enviado en los primeros minutos de este día miércoles en el que se tratará la ley en el Senado. La cineasta salteña agradece a todos los medios que difundan la carta de Almodóvar que aquí publicamos. "Es un mensaje de tolerancia y de amor en estos días en que hemos tenido que escuchar tantas barbaridades", señala quien es hoy tal vez la artista salteña más reconocida a nivel nacional e internacional.

Para Salta

Queridos amigos: El matrimonio homosexual no le hace mal a nadie, no le roba nada a nadie, sin embargo hace feliz a mucha gente y les proporciona la posibilidad de vivir de un modo honesto, pleno y coherente junto a la persona que aman. Es un derecho esencial en toda sociedad civilizada, de lo contrario se está marginando a muchas personas en virtud de su sexualidad.

Hablar de igualdad en este sentido no es un capricho de degenerados, la Declaración Universal de los Derechos Humanos afirma que todos somos iguales, con independencia de nuestro sexo, religión, condición social, idioma, raza, etc.

No hay que permitir que ideas sectarias, retrógradas, inmovilistas, sexistas e injustas impidan a una sociedad libre progresar.

Es mentira y ridículo clamar que el matrimonio homosexual supone un peligro para la familia. Al contrario, las familias homosexuales aseguran el futuro de la idea de familia y la enriquecen. No se puede imponer la familia biológica como único modelo familiar, o se está yendo contra la realidad. Si algo caracteriza la familia contemporánea es su enorme variedad. He conocido familias con solo una madre, un solo padre, dos madres, dos padres, familias multiétnicas, familias en las que ningún progenitor es biológico. Familias cuyos miembros pertenecen a distintas lenguas y culturas, familias que en millones de casos no son católicas. Se quiera o no, esas familias existen y adoran a sus hijos, y los cuidan y los educan, tanto como cualquier familia biológica, porque están basadas en el amor y en la solidaridad humanas.

No estoy en condición de pedir nada a los señores del Senado Argentino. Para aprobar la ley que permitan los matrimonios homosexuales no apelo ni siquiera a su sentido de la justicia, sólo les pido que hagan caso de su sentido común. Es lo único que necesitan para votar afirmativamente. Suerte, mañana, queridos amigos de Salta.

Pedro Almodóvar

ENVIADA A SALTA 21 PARA SU DIFUSIÓN

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