Fueron llamados por la firma de dos decretos , los mismos atentaban contra la fuente laboral, del secuestrado escribano.
En el primero de los decretos le rechazaron la matrícula para ejercer su profesión de escribano. Por esta razón, Melitón Bustos se ganaba la vida como docente.
En el otro decreto declararon su cesantía como docente de la Escuela de Comercio de Tartagal.