Cómo evitar ahogamientos en actividades acuáticas

14/02/2020

Los ahogamientos por inmersión son la tercera causa de muerte por traumatismo no intencional en el mundo. Te acercamos las recomendaciones para saber cómo actuar en caso de un accidente.
Estamos en pleno verano, la temperatura aumenta y hacemos todo lo posible por acercarnos al mar, río, lagunas, y cualquier tipo de pileta. En este momento del año se incrementan exponencialmente los riesgos de ahogamiento y es importante informarse para saber cómo actuar en estas situaciones.

El tema es motivo de preocupación a nivel internacional: según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los ahogamientos son la tercera causa de muerte por traumatismo no intencional en el mundo. Se calcula que unas 360.000 personas al año mueren en el planeta de asfixia por inmersión.

La mayoría de los accidentes ocurren en piscinas o bañeras y tienen como protagonistas a niñas y niños. En el caso de adultos, la frecuencia de ahogamiento aumenta en las playas. Ante estos datos, queda claro que la prevención es fundamental: el informe de la OMS apunta a que el 75% de las muertes de los más pequeños por ahogamiento en piletas podrían evitarse con la colocación de cercos.

Cuestión de segundos

Según la especialista Cecilia Avancini (M.N.102751), jefa de Pediatría del servicio de emergencias vittal: “Los episodios de ahogamiento pueden ocurrir en tan solo 20 segundos”. Por esta razón, los chicos deben estar siempre ante la supervisión de un adulto: “Incluso si se usan medidas de protección, debe recordarse que no se necesitan grandes cantidades de agua para que ocurra un accidente”, asegura la especialista.

En este sentido, si bien es importante tener presente las diferentes estrategias de prevención, la capacitación ante un accidente de este tipo siempre es fundamental. Así, se deben conocer los pasos básicos para efectuar los primeros auxilios.

El paso a paso para brindar asistencia que recomienda la Dra. Cecilia Avancini:

1) Mantener la calma y llamar al servicio de emergencias.

2) Sacar al afectado del agua con cuidado: cabeza, cuello y columna alineados.

3) Ya fuera del agua, comprobar si la persona respira.

4) Pedirle que tosa, para ver si obedece órdenes. Si tose y expulsa agua, es muy buena señal.

5) Si se recupera, después de comprobar que respira, tomarle el pulso en el cuello y ponerla en posición lateral.

6) Si no está consciente colocar su cabeza de lado para que expulse agua.

7) Realizar masaje cardíaco, con compresiones de 100 a 120 por minuto.

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