Un maquinista salteño con experiencia antártica

23/06/2017

Oriundo de Joaquín V. González, Darío Altamiranda se encuentra destinado en Mar del Plata en el remolcador ARA “Chiquiyán”. Es maquinista en la Armada Argentina hace 6 años y durante el verano participó por primera vez de la Campaña Antártica de Verano (CAV) 2016-2017.

El Cabo Primero Darío Alejandro Altamiranda viene de Joaquín V. González, Departamento de Anta (Salta) donde nació, se crió y adonde vuelve cada año en las vacaciones.

Tenía información acerca de lo que era la Armada cuando estaba terminando la secundaria en la Escuela de Educación Técnica Nº 5114 y ya había decidido ingresar por un amigo que formaba parte de la Institución. “Al año siguiente, llené los formularios en la Delegación Naval de mi provincia y decidí ingresar”, contó. Recibió el apoyo de su mamá y de sus abuelos con quienes se crió.

Luego de dos años en la Escuela de Suboficiales de la Armada, la carrera militar le fue gustando cada vez más. Su primer destino fue a bordo de la corbeta ARA “Robinson” y en diciembre del año pasado fue destinado en comisión al aviso ARA “Estrecho de San Carlos” para viajar al continente blanco y hacer la Campaña Antártica de Verano.

“Fue una experiencia que jamás había pensado antes de ingresar a la Armada, me gustó mucho y vivir la campaña fue algo único; me quedé realmente impresionado, con la cabeza enfocada”, detalló. En el “San Carlos” fue ayudante en el subcargo Propulsión, ya que Darío dentro de su especialidad naval de maquinista es motorista; y además cumplió a bordo con el rol de botero.

“Fueron largos días de navegación, muy lindos aunque con mucho hielo y frío”, sonrió. “Tenía mucha fe y confianza en los equipos de Máquinas de la embarcación y sabía que íbamos a andar muy bien. Como botero, bajé en cada base antártica donde realizamos traslado de personal, carga y descarga de materiales y víveres”, agregó respecto de su experiencia antártica. Darío también tiene la capacitación de nadador de rescate y pudo concretar varias prácticas como tal.

El aviso “Estrecho de San Carlos” zarpó de Puerto Belgrano el 26 de enero y regresó el 17 de marzo. La embarcación trabajó durante 50 días junto a las otras unidades desplegadas en el continente blanco --transporte ARA “Bahía San Blas” y los avisos ARA “Puerto Argentino” e “Islas Malvinas”-- para garantizar el desarrollo del aprovisionamiento logístico, transporte de personal y material y salvaguarda de la vida humana en los mares antárticos, desarrollando estas actividades en las bases permanentes Carlini, San Martín, Esperanza, Decepción y Orcadas, y en la base temporaria Brown.

“Me gustaría volver a la Antártida aunque fue un gran sacrificio dejar a la familia”, enfatizó. Darío se encuentra en pareja con Mariana, también salteña e integrante de la Armada Argentina --ella es Cabo Segundo-- y tienen una hija de 2 añitos llamada Esmeralda. “Fue difícil no estar juntos, pensando en ellas todo el tiempo, pero mi familia me acompaña en todo. Cada destino es un crecimiento personal y profesional”.

Como el que les toca vivir ahora ya que luego de la Campaña Antártica, se mudaron a la ciudad de Mar del Plata donde tiene apostadero el remolcador de puerto Clase YTL-422 ARA “Chiquiyán”.

Por tradición naval, los remolcadores se bautizan con nombres de los pueblos aborígenes que habitaron en nuestro país, siendo chiquiyán uno nómade que habitaba en la zona de Cuyo. Los remolcadores están equipados para la operación portuaria dentro de los espacios reducidos de las bases navales ocupándose de las tareas de remolque, maniobras de amarre de buques o submarinos, practicaje, balizamiento y lucha contra incendios, entre otras.

Darío y su familia tratan de volver a Salta con frecuencia para las vacaciones de invierno y verano. “La familia y los amigos son lo que más se extraña, las reuniones, el juntarse, los cumpleaños y las fiestas”, detalló.

Hoy es su cumpleaños número 26 y tiene las más humildes pero admirables expectativas en su carrera naval: “Quiero seguir trabajando, representando al país mediante la Armada que es un orgullo para mí. Seguir acompañado de mi familia y alcanzar algún día la máxima jerarquía a la que puedo llegar dentro de la Institución”.

Más sobre: J. V. Gonzalez.

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